POESÍA CLASICISTA
En el siglo XVIII hay una vuelta al clasicismo que se denomina neoclasicismo. Vuelta a lo que pusieron de moda en el siglo de oro.Garcilaso de la Vega.
Su poesía está marcada por rasgos petrarquistas. Su producción lírica es la máxima expresión del Renacimiento castellano, se convirtió, desde muy pronto, en una referencia para los poetas españoles, que desde entonces no pudieron ignorar la revolución métrica y estética operada por él en la lírica española.
BIOGRAFÍA
Antonio Carvajal nació en Granada el 1945. Es doctor en Filología Románica por la Universidad de Granada y titular de Métrica además de Miembro de la Real Academia de las Buenas Letras de Granada. Actualmente imparte clases de Lengua Española en la Escuela de Traductores e Intérpretes. Además, es Doctor Honoris Causa por una Universidad de Estados Unidos.
Desde su primer poema ha seguido la línea de la poesía barroca. Pero, desde mediados de los años 80 se expresa también con la poesía popular.
No le interesan los premios literarios ( nunca me he presentado a nada, por tanto, sólo me pueden dar aquellos premios a los que uno no se presenta ) y tampoco muestra demasiado interés por la fama (la fama es, por definición, voluble e injusta ). Aún así ha recibido los siguientes premios:
-Premio Nacional de la Crítica (1990)
-Premio Ciudad de Baeza
Fue propuesto al Premio Príncipe de Asturias y se hace entrega de un premio, en su honor, que lleva su nombre: Premio de Poesía Antonio Carvajal.
Figura entre los grandes poetas de lengua castellana nacidos años después de la Guerra Civil.
OBRAS
Don Diego de Granada
Los pasos evocados
Diapasón de Epicuro
El corazón y el lugano
Mariana en sombras
Columbario de estío
Una perdida estrella
Alma región luciente
Testimonio de inverno
Serenata y navaja
Tigres en el jardín; Casi una fantasía
COMENTARIO
A veces el amor tiene caricias
A veces el amor tiene caricias
frías, como navajas de barbero.
Cierra los ojos. Das tu cuello entero
a un peligroso filo de delicias.
Otras veces se clava como aguja
irisada de sedas en el raso
del bastidor: raso del lento ocaso
donde un cisne precoz se somorguja.
En general, adopta una manera
belicosa, de horcas y cuchillos,
de lanza en ristre o de falcón en mano.
Pero es lo más frecuente que te hiera
con ojos tan serenos y sencillos
como un arroyo fresco en el verano.
EMISOR
El emisor es el poeta, Antonio Carvajal. Pero no podemos demostrarlo ya que no hay ningún verbo en primera persona, ni vocativos, ni pronombres personales que nos lo indiquen.
RECEPTOR
El destinatario del poema es el lector. Alude a este con verbos en segunda persona como "cierra" o "te hiera"; pero también utiliza un pronombre personal "tu".
TEMA
La crueldad del amor.
ESTRUCTURA: EXTERNA Y INTERNA (PARTES EN LAS QUE SE PUEDE DIVIDIR)
Estructura externa (métrica)
= 11 sílabas
frí/as,/ co/mo/ na/va/jas/ de/ bar/be/ro./
= 11 sílabas
Cie/rra/ los/ o/jos./ Das/ tu/ cue/llo en/te/ro/
= 11 sílabas
a un/ pe/li/gro/so/ fi/lo/ de/ de/li/cias./
= 11 sílabas
O/tras/ ve/ces/ se/ cla/va/ co/mo a/gu/ja/
= 11 sílabas
i/ri/sa/da/ de/ se/das/ en/ el/ ra/so/
= 11 sílabas
del/ bas/ti/dor:/ ra/so/ del/ len/to o/ca/so/
= 11 sílabas
don/de un/ cis/ne/ pre/coz/ se/ so/mor/gu/ja./
= 11 sílabas
En/ ge/ne/ral,/ a/dop/ta u/na/ ma/ne/ra/
= 11 sílabas
be/li/co/sa,/ de hor/cas/ y/ cu/chi/llos,/
= 11 sílabas
de/ lan/za en/ ris/tre o/ de/ fal/cón/ en/ ma/no./
= 11 sílabas
Pe/ro es/ lo/ más/ fre/cuen/te/ que/ te hie/ra/
= 11 sílabas
con/ o/jos/ tan/ se/re/nos/ y/ sen/ci/llos/
= 11 sílabas
co/mo un/ a/rro/yo/ fres/co en/ el/ ve/ra/no./
= 11 sílabas
Este poema está formado por cuatro estrofas: dos cuartetos y dos tercetos (Soneto). Los versos son endecasílabos y de arte mayor (regulares). La rima es consonante y el esquema métrico es: ABBA CDDC EFG EFG.
Estructura interna y contenido
Este poema se puede dividir en tres partes: la primera parte es la primera estrofa, en la que presenta las dos caras del amor (el amor y el placer). La segunda parte, formada por la segunda y la tercera estrofa, se muestra la cara maldita que el amor tiene, es decir, que en ocasiones este puede doler y de que manera duele, por eso lo compara con herramientas de tortura que se utilizaban en el pasado. Y por último, la tercera parte está formada por la última estrofa, la cuarta, en la que asume que el dolor siempre está presente.
Además, en todo el poema encontramos encabalgamientos y comparaciones.
Finalmente, el poema pertenece al ámbito literario y al género lírico. Y la modalidad textual que predomina es la argumentación, ya que durante todo el poema, nos da argumentos sobre la cara oscura del amor, y además, lo hace utilizando la función poética, porque quiere transmitir como se siente y embellece el lenguaje. Utiliza un nivel culto y un registro estándar.
MÁS POEMAS DE ANTONIO CARVAJAL
Dame, dame la noche
Dame, dame la noche del desnudo
para hundir mi mejilla en ese valle,
para que el corazón no salte, y calle:
hazme entregado, reposado y mudo.
Dame, dame la aurora, rompe el nudo
con que ligué mis rosas a tu talle,
para que el corazón salte y estalle:
hazme violento, bullidor y rudo.
Dame, dame la siesta de tu boca,
dame la tarde de tu piel, tu pelo:
sé lecho, sé volcán, sé desvarío.
Que toda plenitud me sepa a poca,
como a la estrella es poco todo el cielo,
como la mar es poca para el río.
Paraíso final
Luchando, cuerpo a cuerpo, nos queremos de veras
y es fuego de mi carne la flor de tu mejilla.
El beso en su volumen iguala a la semilla
que brota verdemente con dos hojas primeras.
En la concha del ámbar manan las primaveras
un arroyo sereno de miel y manzanilla.
Tiene la tierra plumas de mirlo y abubilla;
pían en nuestro abrazo canarios y jilgueras.
el nácar se disuelve en manantial de leche,
en torrente de vino, de aceite y de resina:
No hay nada como el lirio que tanto nos estreche.
Hay en cueva de nata paladar de paloma
y en jardines cerrados para el sol que declina
paraísos abiertos del tacto y del aroma.
Tigre en el jardín
Como un ascua de odio te hemos visto en la aurora,
como un trigal de cielo derramado en la vega,
y hemos sorbido el agua que tu contacto dora
y ese aroma de rosas que nos cerca y anega.
En este huerto el lirio es feliz. Sólo implora
libertad nuestra sangre, mientras la nube llega,
se riza y, leve, pasa. Da el chamariz la hora,
y el gozo de la sombra, como un rencor, nos niega.
Solos entre las dalias, entre cedros y fuentes,
tanto nos asediamos que nos cala hasta el hueso
este amor sin futuro y esta luz de los dientes.
Tigres somos de un fuego siempre vivo e ileso,
y te odiamos por libre, recio sol, mientras puentes
de plata ha levantado la muerte a nuestro beso.
SEXTINA
En memoria de Blas de Otero
Llegado a la cumbre del otero ¿qué se verá? Quizá los valles plácidos,
quizá no más que un cielo cuyos, limpio,
únicos astros fueren las banderas,
único canto el canto de los hombres
todos, y todos llenos de alegría.
Oh tú que al tiempo vences, alegría.
Cuando en la cumbre estemos del otero
y en solo un hombre los que fuimos hombres,
sea placer la paz y en ella plácidos;
una bandera las que son banderas
de sangre exentas, y el recuerdo limpio.
Que al reflejarse en el arroyo limpio
—si arroyo en valles tales de alegría
fíuye— tan sólo aurora las banderas.
Y en la otra vertiente del otero
deseos buenos y recuerdos plácidos
llenen memoria y pecho de los hombres.
No todos que parecen hombres hombres
pueden llamarse: alguno no fue limpio,
muchos torcieron los decursos plácidos
de otras vidas, hicieron la alegría
un país ilusorio y el otero
bosque de luto fue con sus banderas.
Haced promesas de extender banderas
todos, amigos todos, cuando hombres
del mañana encumbremos el otero:
enseñas de un amor invicto y limpio
donde no quepa sombra y la alegría
signo ha de ser de soles nuevos plácidos.
Hacia esos tiempos y esos valles plácidos
aurorales condúzcannos banderas,
nueva edad con discurso de alegría.
33 Oh, no soñéis, porque es posible, hombres;
lucha ha de ser, no sueño, el aire limpio
que en cumbre respiremos del otero.
Allí, el otero; allí, los valles plácidos;
allí, rojas banderas, cielo limpio,
unos los hombres y una la alegría.
(De Sol que se alude [en Extravagante Jerarquía], 1983
No hay comentarios:
Publicar un comentario